He encontrado unas pisadas en el cemento fresco.
¡Oh no!, solo hay tres huellas, ¡Pepitooooo!
A través de la butraca me miran incomprensibles unos inocentes ojos verdes.
He encontrado unas pisadas en el cemento fresco.
¡Oh no!, solo hay tres huellas, ¡Pepitooooo!
A través de la butraca me miran incomprensibles unos inocentes ojos verdes.
Me encontré en el río un patito que se se había perdido de su mamá y sus hermanitos. Nadaba hiperactivo en busca de comida. Un rayito de sol sobre una roca, un pequeño sueñecito reponedor y de nuevo cargadas las baterías, a nadar incluso curso arriba.
- ¡Qué no me gusta el pescado!
- Pues te lo comes.
- ¡Qué no me gusta entero con espinas!
- Todo buen volantón de mirlo acuático no puede sólo alimentarse de jugosos y rollizos tricópteros.
Tras un buen banquete, unos estiramientos.
¡Qué me caigo!
un buen baño, un meticuloso acicalamiento plumero y…
¡voilà!, una auténtica bolita de algodón que ni en [...]
Todo comienza por encontrar un buen posadero de lechuza;
una torre de una iglesia o de un castillo son ideales.
Las egagrópilas son los amasijos de pelo y huesecillos, que especialmente las rapaces, y entre ellas las nocturnas, vomitan en pelotas compactas por no poder digerirlas; aunque no son exclusivas de éllas, también gaviotas y prácticamente todas las aves eliminan [...]
En una calle de LLodio entre los coches encontramos esta curruca capirotada, inmóvil a riesgo de ser atropellada por quien quisiera aparcar donde permanecía.
Pensamos que podría estar agotada o que se hubiese golpeado con algún vehículo.
En alguna otra ocasión hemos encontrado algún otro pajarillo junto a la carretera, le recogimos para que en ese momento [...]
A algún pájaro misterioso parece gustarle los retrovisores de los coches como posadero. Día tras día veo los retrovisores manchados para disgusto de sus propietarios. Y por fín le pillé infraganti.
Un petirrojo parece encontrar allí un buen posadero de caza, o percibe en su reflejo a un atrevido congénere que ha osado invadir su territorio, o a [...]
Nuestro observador oficial de erizos, el hermano de Iosu, nos ha contado que desde hace dos días, 18,19 de octubre los erizos ya no vienen a comer la comida de los gatos al porche, por lo que piensa que ya se han retirado a sus confortables escondrijos invernales.
Grabando el románico cántabro, cierto revuelo llamó mi atención.
Ni en la sabana.
En ocasiones buscas música para editar un vídeo, en este caso la casualidad, primera que parasemos junto a la barrera y segunda que en ese momento estuviese sonando en Radio 3 la canción que quedó grabada.