Un comedero cercano a casa ayuda a nuestros amigos plumeros a sobrellevar mejor el invierno sobre todo cuando el suelo se cubre de nieve o el frío es muy intenso ya que ellos transforman la comida en energía.
No es muy complicado, cualquier cosa sirve, sólo es importante tener en cuenta cuatro cosillas que el propio sentido común nos marca:
- que la comida esté a salvo de la lluvia porque se puede estropear;
- observad si hay gatos cerca y colocad el comedero de modo que no puedan darles un susto a nuestros amigos plumeros; del mismo modo al loro con el gavilán, si se pica, es mejor quitar el comedero por unos días.
- Sobre modelos de comederos y la comida podéis consultar en internet. Frutos secos, galletas, bolas de sebo,… en esto los ingleses son unos auténticos expertos.
Animaros a colocar un pequeño comedero ellos lo agradecerán y nosotros podremos tener momentos inolvidables.
Me encontré en el río un patito que se se había perdido de su mamá y sus hermanitos. Nadaba hiperactivo en busca de comida. Un rayito de sol sobre una roca, un pequeño sueñecito reponedor y de nuevo cargadas las baterías, a nadar incluso curso arriba.
- ¡Qué no me gusta el pescado!
- Pues te lo comes.
- ¡Qué no me gusta entero con espinas!
- Todo buen volantón de mirlo acuático no puede sólo alimentarse de jugosos y rollizos tricópteros.
Tras un buen banquete, unos estiramientos.
¡Qué me caigo!
un buen baño, un meticuloso acicalamiento plumero y…
¡voilà!, una auténtica bolita de algodón que ni en el centrifugado
Todo comienza por encontrar un buen posadero de lechuza;
una torre de una iglesia o de un castillo son ideales.
Las egagrópilas son los amasijos de pelo y huesecillos, que especialmente las rapaces, y entre ellas las nocturnas, vomitan en pelotas compactas por no poder digerirlas; aunque no son exclusivas de éllas, también gaviotas y prácticamente todas las aves eliminan así estos los restos dificilmente digeribles.
Para cualquier naturalista u observador curioso son un auténtico tesoro que nos permite conocer la variada dieta de estas aves e incluso la variada fauna, especialmente de roedores, que habita una zona sin tener que llevar a cabo grandes estudios científicos.
Para los científicos existen verdaderos tratados para su análisis y son una fuente inestimable de datos para cualquier estudio de fauna que se precie.
En una calle de LLodio entre los coches encontramos esta curruca capirotada, inmóvil a riesgo de ser atropellada por quien quisiera aparcar donde permanecía.
Pensamos que podría estar agotada o que se hubiese golpeado con algún vehículo.
En alguna otra ocasión hemos encontrado algún otro pajarillo junto a la carretera, le recogimos para que en ese momento de shock no sea atropellado y le metimos en una caja de cartón a oscuras en un sitio tranquilo. Al cabo de unas horas, si sigue vivo, puede que se haya recuperado; así si estamos en época reproductora lo mejor es soltarle donde le hemos encontrado, aunque a veces sea un problema.
Si tan sólo estamos de paso podemos recogerle,apartarle de la carretera y dejarle en un sitio tranquilo donde creamos que no le localicen los depredadores. Será lo que tenga que ser, pero al menos tendrá una pequeña oportunidad.
A algún pájaro misterioso parece gustarle los retrovisores de los coches como posadero. Día tras día veo los retrovisores manchados para disgusto de sus propietarios. Y por fín le pillé infraganti.
Un petirrojo parece encontrar allí un buen posadero de caza, o percibe en su reflejo a un atrevido congénere que ha osado invadir su territorio, o a una bella dama o simplemente la vanidad le puede, no llego a saberlo con certeza, tan sólo le veo día tras día en la misma zona y entre los mismos coches.
Nuestro observador oficial de erizos, el hermano de Iosu, nos ha contado que desde hace dos días, 18,19 de octubre los erizos ya no vienen a comer la comida de los gatos al porche, por lo que piensa que ya se han retirado a sus confortables escondrijos invernales.